Por María Victoria Martín (Maky)
Nacido en 1986 y criado bajo mantos polacos nació Mateusz Urbanowicz, o mejor conocido como Matto. Estudió ingeniería electrónica hasta descubrir que el arte era algo más que un extraño hobby para él. Luego de culminar sus estudios en el Instituto japonés-polaco de tecnología de la información (Polish–Japanese Institute of Information Technology) y gracias a una beca entregada por el gobierno japonés se trasladó a Japón y se graduó en honores de la Universidad de diseño de Kobe (Kobe Design University) con su primer corto animado titulado «Right Places« :
En el 2013 comienza a trabajar como «artista de fondos» y creador de animaciones en el estudio de animación Comix Wave Film, ubicado en Tokio. Si bien sus trabajos profesionales son impresionantes, Matto posee la particularidad de generar sus propias ilustraciones, pinturas y diseños según sus inquietudes.
Aunque la cultura de donde proviene difiere totalmente de la japonesa poco a poco fue encariñándose con el país que lo acogió. Inspirado en otros trabajos que él ya había realizado, además de buscar su propio lenguaje escapando un poco de los típicos clichés que se pueden encontrar en las ilustraciones comunes sobre Tokio (cerezos, luces de neón, gran cantidad de personas vestidas con traje de oficina caminando por las calles, etc.), Matto ha creado una fantástica serie de dibujos que capturan un poco más a fondo la esencia de la ciudad, todo desde una perspectiva distinta a lo que se ve a menudo.
En su cuenta de Instagram podemos observar detenidamente el esmero que le dedica a cada una de las imágenes que realiza :
https://www.instagram.com/mateusz_urbanowicz/
El tema principal de las ilustraciones está en la arquitectura típica de la capital nipona. En cuanto a estilo, usa cierta tendencia animada mainstream acompañada de técnicas del diseño gráfico occidental.
Si bien, utiliza herramientas digitales para colorear y darle los últimos detalles a los dibujos, cada una de las ilustraciones tiene una base tradicional, es decir, primero hace el dibujo a lápiz y luego lo colorea con acuarelas y marcadores; al final, cuando ya tiene el dibujo casi terminado, usa softwares de edición para completarlo.
Su entera predisposición con la ilustración se percibe en cada serie realizada («Frío en Yokohama», «El chico de la bicicleta», «Majik», etc) y por sobre todas las cosas en la inmensidad de detalles que se presentan a la hora de contemplar sus acuarelas, no hay modo de huir de aquella prolijidad, la vista queda capturada y atrapada por grifos, accesorios, decorados, y delicados efectos de estilo. Las imágenes de Matto no solo irradian misterio, sino que gracias a ellas se filtran sensaciones amenas que convocan a todos aquellos presentes a ser los invitados de honor.
Para saber un poco más de su obra:
Y de yapa el siguiente video donde enseña su peculiar mochila de aventuras :
Encuentro de Espectadores Revista de Arte y Cultura 