Por Tamara Snitman
En plena temporada de huracanes, Netflix ha lanzado un nueva producción a fines de agosto que precisamente se desarrolla en un futuro totalmente colapsado por la superpoblación y las catástrofes naturales. Se trata de ¿Qué le pasó a lunes?, film del director noruego Tommy Warkola (conocido por su orientación al gore y la violencia gráfica), con las participaciones especiales de Glenn Close y William Dafoe.
Nos encontramos en el año 2073, donde a causa del crecimiento exponencial de la población, el gobierno de la Federación Europea (parecerían no existir más los países como los conocemos hoy en día) crea una ley que prohíbe tener más de un hijo por familia. En caso que eso sucediera, se aplicaría la técnica del “criosueño” congelando al niño para que despierte en un futuro mejor (o al menos eso nos hacen creer…). En este contexto nacen 7 hermanas gemelas que son criadas de forma clandestina por su abuelo: cada una será llamada como un día de la semana y sólo podrá salir a la calle en su día, comportándose todas bajo una misma identidad para no ser descubiertas.
La película en sí es el típico thriller de ciencia ficción que incluso, para los seguidores del género, presenta una semejanza muy evidente con el mundo que ya venimos viendo en producciones como Los niños del hombre (Cuarón 2006) y Los juegos del hambre (Ross 2012). Hasta podría verse como un nuevo capítulo de la serie Black Mirror. Vale decir, reutiliza una fórmula que ya sabemos que funciona por lo menos en popularidad, la cuestión es si plantea algo nuevo… Empecemos.
En la obra se distinguen tres partes muy claras: un prólogo con pretensiones de documental (sin duda el punto menos original), un desarrollo de película de acción y un final con toques de sorpresa. En cuanto a la puesta en escena, en el futuro ya no hay autos voladores, sino que la ciudad es caos y marginalidad pura y la tecnología está aplicada exclusivamente al control de la población, es un gran hermano estatal. En esta especie de tiempo estático, el film nos hace reflexionar sobre cuál es la verdadera utilidad de la avanzada tecnológica en una realidad totalmente decadente.
Uno de los aspectos que vale la pena resaltar es el trabajo de la sueca Noomi Rapace, encargada de interpretar a las 7 hermanas, todas diferentes entre ellas, excepto cuando salen a la calle. Es verdad que para construirlas usa estereotipos del cine (tenemos a la rebelde, la deportista, la nerd, la familiera, la sexy, la hípster y la normal, que es justamente la que desaparece), pero para ello sólo usa los gestos y el vestuario como instrumentos (hasta por momentos hace olvidar al espectador que es la misma actriz!). Destacable es que los papeles protagónicos estaban escritos originalmente para 7 hombres, hasta que Rapace convenció al director de que debían cambiarse los papeles para 7 mujeres.
Personajes secundarios casi no hay, lo cual es bueno porque las pocas historias paralelas que se esbozan quedan un tanto inconclusas. El film tiene varias vueltas de tuerca, por lo cual no vamos a adelantar nada. Pero sí habría que mencionar que el argumento en principio podría abarcar muchas observaciones interesantes sobre la realidad (actual), como la cuestión de la identidad, la manipulación de la naturaleza, el lugar de la tecnología y las políticas de natalidad (por ejemplo se menciona al pasar que la mayoría de las embarazadas se encuentran en las zonas más pobres). Sin embargo, todos estos temas se terminan diluyendo con el correr de la acción, dándole más espacio a las persecuciones y al melodrama estándar.
¿Qué le pasó a lunes? es la clásica película para pasar un buen rato y sentir que dos horas se pasan rápido, mientras se nos recuerda que para poder vivir fuera de los límites de nuestra casa, debemos transformarnos y ser parte de la masa.
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