La línea Lúdica

Por Martina Szajowicz

“De ese punto, que es un círculo al fin, de esa recta, de esos elementos que en sí mismos ya GENERAN su propio movimiento, los hemos hecho desplazarse, vibrar, girar, los hemos identificado más aun con el presente y el futuro” En esta sencilla frase se logra visualizar casi todos los fundamentos teóricos del Arte Generativo, que fueron presentados en septiembre de 1960 en el manifiesto homónimo, escrito por Eduardo A. Mac-Entyre y Miguel Angel Vidal, durante la “Exposición de Arte Generativo”.

En esta situación, nos concentraremos en Eduardo Mac-Entyre ya que se puede disfrutar de su obra desde el mes de octubre hasta marzo en  MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires). Este artista exploró, a lo largo de toda su vida, distintas formas y maneras de hacer arte como el africano, cinético, concreto y el generativo pero nunca abandonó la circunferencia. Es más no sólo que no la abandonó, sino que fue a partir de su “fuerza” y “energía” que el artista creaba, a diferencia de Vidal que lo hacía a partir de la línea. Nos enfocaremos en el arte generativo, ya que fue un pionero en la Argentina de este modo de hacer. Es una práctica artística que consiste en la utilización de un sistema al cual se le introducen códigos matemáticos y producen gráficos, los cuales posteriormente los artistas convierten en obra.

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La muestra está dividida en cuatro núcleos, que corresponden con los de su propio trabajo, sin ser una retrospectiva. No obstante, aunque se intente por parte del museo recalcar que no lo es, siendo la única muestra en exhibición, a veces se suele cometer el error de asumir que es un repaso por gran parte de las obras del artista. Estos ejes buscan rastrear en sus etapas iniciales “la generación de la forma y la vibración a partir de la circunferencia, y destacan la preeminencia del color y la luz en su pintura y en su obra cinética”. Por último, se tiene en cuenta el carácter lúdico del artista y en el último piso encontramos un área de mayor interacción. Se dispusieron, uno al lado del otro, rompecabezas imantados donde los visitantes pueden crear sus propias obras. Se intenta recalcar el carácter juguetón del artista y su fascinación por los juegos de mesa, pero es inevitable la pregunta del ¿por qué? ¿por qué la necesidad de colocar un juego de mesa si con la muestra en sí misma debería bastar? Por un lado, podríamos pensar que tiene que ver con el hecho de agregar algo más y generar en el espectador una última cuota de sorpresa a su visita. Según el sentido que el museo pide que se recorra la exhibición, el espectador maravillado por el trabajo cinético del artista que se encuentra en el último subsuelo, se le pide que suba hasta el primero y cree una obra a partir de ciertas figuras imantadas. Ahora bien, también esto puede denotar la necesidad de un espectador del siglo XXI el cual precise de otros elementos, además de la observación, para conectarse efectivamente con el arte. Los visitantes pasan por delante de las obras, sin detenimiento y con sus celulares en las manos, listos a la caza de cualquier novedad o hecho instagrameable.

Nuevos tipos de espectadores requieren nuevos tipos de exhibiciones donde se intenta que por un segundo se detengan y observen, jueguen y se diviertan más allá de sus filtros celulares. Necesidad constante de mirar a través de las pantallas impidiendo no sólo la verdadera conexión, sino mirar en esos escasos centímetros cuadrados una obra de arte. ¿Acaso es una medida desesperada por parte del museo colocar juegos para que el espectador se sienta atraído? O ¿es lo que se viene: un espectador que mira rápido y no se detiene, excepto si hay un juego?

 

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Fuente: MACBA

Si quieren detenerse o ser detenidos, pueden ir a disfrutar de las sutilezas de la obras de Mac-Entyre en el MACBA (Av. San Juan 328) hasta Marzo del 2018.

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