Por Matías Katz
Créditos fotográficos: Paola Olari Ugrotte
La última edición del Bafici, la número veinte, dejó algunas perlas. La Flor, de Mariano Llinás, una película que se vio en varias partes (en días distintos), fue de las mas nombradas; porque además al mismo tiempo en el Complejo Teatral San Martin se presenta la retrospectiva de Piel de Lava, o sea un combo imposible de perderse. Pero también estuvo de visita en el festival el director francés Philippe Garrel donde estrenó en Buenos Aires Amantes por un día, film que será estrenado comercialmente en mayo.
Pero el Bafici también entregó producciones locales mas pequeñas, pero con presentaciones destacadas. Así fue el caso de Expiación, la nueva pelicula de Raúl Perrone, un director consagradísimo en la escena independiente local e internacional, y como lo destacó el mismo director del festival, Javier Porta Fouz, quien mas veces se presentó en el Bafici. Y en esta ocación pudimos entrevistar a Inés Urdinez, una de las protagonistas de este film de gran calidad fílmica fotográfica y actoral.
_La película fue filmada íntegramente en Ituzaingó, ¿Cómo fue esa experiencia de ir a rodar hasta allá y cuántos días ibas por semana?
Con el tiempo se fue armando como una especie de ritual, y ahora que no sucede extraño. Para Expiación nos íbamos con Cris (Cristian Jensen) y con Dani (Daniela Cometo) en el tren que sale de Once, y conversábamos y nos conocíamos, y también pasando letra. Era todos los viernes ir desde la mañana hasta la tarde/noche hasta Paso del Rey, dos estaciones después de Ituzaingó, en una casa; y ahí nos entregábamos a lo que sucedía en la filmación a lo que nos pedía Perrone (Raul).
_Raul Perrone suele trabajar con equipos muy pequeños, casi como un cine artesanal. ¿Cómo sentiste eso desde tu lugar de actriz?
Eso me fascina porque hay poca gente, y cada uno sabe lo que tiene que hacer, y nadie está boludeando; todos están haciendo algo y se vuelve muy efectivo. Todo se cumple, todo sucede. También está la conducción del Perro (Raúl Perrone) que tiene su autoridad y nos va llevando. Pero pasa eso, nada es torpe; y el tener pocos recursos hace que la creatividad se aproveche mucho mas, y se piense mas para ver cómo lograr algo con los pocos recursos.
_Varios planos en la película son fijos donde se ven escenas que predomina cierta noción del “estar ahí” ¿Cómo fue el desafío que les propuso Perrone en cuanto al trabajo actoral?
Si, él buscaba esa cuestión de lo estático, de lo firme, del estar, justamente. También por momentos hablaba de una puesta mas teatral, y por otros momentos no. Y luego todo se fue naturalizando solo, porque las primeras escenas que tiramos con Cristian (Jensen), él nos estaba probando en verdad para la película, y teníamos unos textos larguísimos; y después eso terminó quedando. Pero también se fue probando de esa manera, se trabaja mucho con la incertidumbre.
_Justamente vos lo mencionaste recién. ¿Sentís que, en algún punto, la película se acerca mas a un trabajo teatral que a un cine mas “tradicional”?
Si, claramente. El hecho de que queden la cámara fija por momentos, incluso las puestas y los textos son mas teatrales también.
_La película constantemente escapa al realismo en todo sentido: actoral, en cuanto a textos, las imágenes e incluso la música, pero aparece un momento concreto en nuestra historia reciente que es la última dictadura cívico militar. ¿Cómo lo sentiste vos a ese trabajo?
A mi me gustó por el mismo hecho que lo explica el Perro, la cuestión de no caer en los lugares comunes. La dictadura ya está muy contada, entonces me gustó la idea propuesta en esta película. Además la manera de trabajar y de lograr llegar a eso propuesto estuvo bueno. En un momento, en medio de la película, él me dijo: “tu mama está desaparecida” (en referencia al personaje que encarnaba la actriz). Y ahí yo me enteré de que el tema de la película iba por ese lado; entonces en ese momento apareció esa carga emocional. Entonces la pregunta que me surgió era ¿cómo será? Y me puse, también, a investigar un poco más.
_Vos la época de la dictadura no la viviste, ¿Pero durante el rodaje podías visualizar ese tiempo, o te llevaba a otras imágenes?
Si, me iba llevando a otras imágenes porque trataba de encontrarme también con sensaciones mías. La cuestión de la soledad, estar solo, estar triste, la melancolía, el no poder salir al mundo, el mundo te encierra en lago y no te deja crecer; o incluso que el mismo capitalismo, o el menemismo que ese sí lo viví, o ahora el macrismo. Incluso viendo la película en la parte que se escuchan los helicópteros, lo primero que pensé fue en Siria.
_Por otro lado, sucede en varios momentos de la historia, que algunos de los personajes o incluso los espacios refieren a una ausencia. ¿Cómo percibiste esta cuestión?
En la primera parte, mi recorrido era algo que me marcó el Perro, que era que yo estaba muy enamorada del filósofo y él no me daba bola porque le gustaba la monja. Entonces mi primera etapa era ese desamor, esa era mi sensación; la frustración de que el tipo que me gusta no se está fijando en mí. Y claro, a partir de la mitad del film cuando Raúl me dijo lo de la madre ausente. Pero algo de esta sensación estaba dando vueltas constantemente porque las informaciones te las ibas enterando a medida que se rodaba.
_ Hace ya varios años que trabajás con Perrone, desde que sos alumna, y como actriz también. ¿Qué podés decir sobre su trabajo y sobre su mirada del cine?
Me parece muy sincera y romántica. Me parece que él tiene un vínculo con el cine muy pasional. Al verlo rodar, es genial. Yo un poco voy a actuar y otro poco a mirarlo a él, porque también me enseña mucho. Yo lo considero un maestro, es muy honesto; siempre entrega y a la vez me pincha para que dé lo mejor de mi. Sabe leerme, eso es lo lindo de haber podido trabajar mucho con él. Y con la cámara el Perro tiene un vínculo muy pasional, se enoja después se amiga, y después de rodar se va a su casa a editar hasta las cinco de la mañana. Las películas las hace antes de terminar de filmarlas.
Encuentro de Espectadores Revista de Arte y Cultura 