Fauda, cuando el caos atraviesa fronteras

Por Tamara Snitman

Hace tiempo que Netflix ha dejado de ser una simple plataforma de películas online para transformarse en generadora de todo tipo de contenidos propios. Lo que llama la atención es la aparición de un nuevo fenómeno: series de diversas nacionalidades que escapan del formato tradicional y logran triunfar entre la audiencia internacional. Tal es el caso de Fauda, serie de televisión israelí adquirida por Netflix en 2016 que no deja de causar polémicas, sobre todo por el éxito y reconocimiento que ha alcanzado incluso en Palestina.

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La acción se centra en una unidad especial del Ejército israelí llamada Mista´arvin, cuyos miembros son entrenados para mezclarse con la población árabe y desde la clandestinidad, capturar, torturar y matar terroristas. El thriller está basado en la experiencia de los creadores Lior Raz (que a su vez interpreta a Doron, el protagonista) y el periodista Avi Issacharoff, ambos ex integrantes de una unidad de élite del Ejército.

Debemos comenzar diciendo que no es una serie fácil de ver para el ojo acostumbrado a las películas de acción: es otro estilo de actuación que además debe adaptarse a un ritmo narrativo con pretensiones de documental (y diálogos en hebreo y árabe por igual). El objetivo inicial de los creadores de Fauda era retratar el día a día y las motivaciones, no sólo políticas y religiosas, sino también los conflictos personales dentro de ambas facciones de la contienda; lo cual a veces lleva a escenas demasiado extensas y superfluas.

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Pero en este punto ha radicado también el éxito inmenso de la serie en Oriente y Occidente. A pesar de los estereotipos, es la primera vez que la televisión israelí intenta huir del maniqueísmo de los buenos y malos: tanto espectadores judíos como palestinos han admitido identificarse con lo que sienten y experimentan los personajes con sus familias, colegas y vecinos. Uno de los logros de la serie es precisamente mostrar la realidad diaria, la intimidad de las personas a las que alcanza el conflicto, pero sin olvidar que los dos bandos son responsables de la guerra. La corrupción y violencia están presentes en ambos lados de la frontera, vemos la colaboración entre los distintos servicios secretos, la extorsión, el intercambio de favores y la manipulación de la prensa.

Sin embargo, más allá de que la cuestión política no sea el objetivo principal, no podemos olvidar que Fauda está construida desde el punto de vista israelí. Mientras que la primera temporada trata sobre la recaptura de un líder terrorista de Hamás (manteniendo el conflicto dentro de límites palestinos), en la segunda parte de la serie la imparcialidad se hace menos evidente al incorporar como enemigo principal a un miembro del ISIS. Aquí la ocupación israelí y las brutalidades diarias pasan a un segundo plano. La mayoría de los personajes árabes son movidos por la venganza personal o el resentimiento, incluso traicionan a sus amigos y familiares; mientras que los israelíes son racionales y sólo actúan para “defenderse” de la violencia palestina.

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Un párrafo aparte se merece el tratamiento de los personajes femeninos en Fauda, que por momentos parecería querer resaltar el lugar que se les da en Israel (frente a la ausencia de lugar que tienen en la sociedad palestina), pero generalmente termina cayendo en lugares comunes. En claro contraste con las madres y esposas árabes escondidas detrás del hijab (aún así son personajes fuertes que no dejan de tener importancia en la narración), tenemos una agente Mista´arvin que trabaja a la par (o no tanto) de sus compañeros y una doctora palestina que se niega a tomar parte en el conflicto.

Se trata de una serie que aborda el tema de las fronteras, no sólo geográficas, sino para mostrarnos que no hay buenos y malos del todo. Fauda no reflexiona sobre quién tiene razón (aunque la segunda temporada tiene tintes ideológicos claros), intenta mostrar las grietas de una realidad incómoda. Quizás demasiado pretenciosa y por eso se queda a mitad de camino en algunos aspectos.

 

FICHA TÉCNICA

Temporadas: 2 (12 episodios cada una)

Duración: 45 aprox. cada capítulo

País de origen: Israel

Idiomas: Hebreo y Árabe

Dónde verla: Netflix

 

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