Terrenal, un problema bíblico con acento gaucho

Por Matías Katz

 «Los hermanos sean unidos 

porque ésa es la ley primera,
tengan unión verdadera,
en cualquier tiempo que sea,
porque si entre ellos pelean
los devoran los de afuera»

 

La obra cuenta la historia de Caín y Abel, hijos de Adán y Eva, todos personajes del viejo testamento. El hermano más grande, Caín, pensaba únicamente en la riqueza; mientras que el menor, Abel, procuraba ser más justo y se dedicaba a la vida pastoril. En esta puesta los personajes son una reminiscencia directa al texto bíblico. Con ciertas modificaciones que el director y dramaturgo, Mauricio Kartun, decidió adaptar a una historia que mezcla un vocabulario que se puede reconocer del gaucho de la pampa, con los sitios del origen bíblico de los personajes, como el río Tigris.

La puesta sintetiza el texto bíblico de estos dos personajes actualizando temas, con diálogos que son a la vez ágiles, por momentos divertidos y nunca perdiendo profundidad. El espectador en ningún momento de la obra se pierde.

Por otra parte, los personajes tienen muchísimo trabajo de caracterización sobre cada uno. Al comienzo la forma de decir cada texto, y los textos mismos, suenan raro; pero a medida que la historia avanza el espectador entra en el código propuesto. En ese sentido es de destacar el trabajo de los tres actores en escena, donde durante noventa minutos atraviesan distintos estados y climas. Los tres, Claudio Martínez Bel (Caín), Claudio Da Passano (Abel) y Rafael Bruza (Tatita) no solo tienen un trabajo corporal muy preciso, sino que también en distintos momentos cada uno musicaliza distintas escenas. Y en ese sentido, hay una idea que atraviesa la puesta, y es la idea del gaucho. Este personaje del campo argentino, y la idea de la argentinidad desde el interior del país, desde una mirada federalista. Varias de las escenas tienen una musicalización con reminiscencias a la música folclórica nacional desde el instrumento del bombo; pero también desde el personaje de Tatita que todo su vestuario es la imagen del gaucho.

La obra, como en el texto bíblico, trabaja los opuestos para mostrar el lado cruel y salvaje de un capitalismo que está más interesado en cómo ganar más dinero, siempre con algunos que se aprovechan del trabajo de la gran mayoría. Y en ese sentido es que aparecen las contradicciones; como cuando en un pasaje de la puesta, Caín que es el más preocupado en ganar dinero dice: “la tierra es de quien la trabaja”,  mientras que la respuesta es “cuidado, que de tan capitalista te volves comunista”, en clara alusión a que uno de los preceptos que pone en relevancia el socialismo de principios del siglo XX era justamente ese, que la tierra era del obrero que la trabaja, no del patrón que se lleva la renta sin hacer nada.

Pero también aparece un discurso que por estas épocas está muy presente, y es el tema de los muros y los cercos; de la propiedad privada pero también, y sobre todo, de que hay que cuidarse del de afuera, del extraño.

Es por estas razones que Terrenal está en cartel hace cuatro temporadas, y cada año se reactualiza; porque en definitiva los problemas actuales de la humanidad no nacieron de ahora, sino que fueron de siempre. Y así es que en cada época los problemas se discutieron y resolvieron de distintas maneras.

Ficha técnica:

Elenco: Claudio Martínez Bel, Claudio Da Passano y Rafael Bruza.

Escenografía y vestuario: Gabriela A. Fernández

Iluminación: Leandra Rodríguez

Diseño sonoro: Eliana Liuni

Fotografía: Malena Figó

Asistencia de escenografía y vestuario. María Laura Voskian

Realización escenográfica: Gonzalo Palavechino y Lucía Garamuño

Realización del vestuario: Mirta Miravalle

Tapicería: Hugo Cheres

Prensa: Daniel Franco, Paula Simkin

Asistencia de dirección: Alan Darling

Dirección: Mauricio Kartun

Funciones: De jueves a domingo en el Teatro del Pueblo, Av. Roque Sáenz Peña 943

http://www.alternativateatral.com/obra32723-terrenal

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